lunes, 10 de noviembre de 2014

la profecía autocumplida... eres lo que esperan.

A los profesores de una escuela de primaria se les dijo que se había realizado un test de inteligencia a los alumnos, y que se había comprobado que una serie de estudiantes, los que habían puntuado más alto en el test, se encontraban a punto de entrar en un periodo de rápido crecimiento intelectual. Les dijeron que su potencial de crecimiento era inmenso... aunque en realidad los alumnos de la lista proporcionada a los profesores habían sido escogidos al azar, sin relación alguna con el resultado del test. El análisis de los resultados académicos y las mediciones de los test realizados ocho meses después, demostró que el rendimiento de los alumnos elegidos durante el curso mejoró considerablemente. En el aula se dio lo que se conoce en psicología como profecía autocumplida, es decir, las creencias del profesor acerca de las capacidades de sus alumnos originaron aquellas conductas que el mismo profesor esperaba de sus alumnos.

Eso que sucedió se conoce también como el "efecto Pigmalión", que básicamente nos dice que la creencia que tiene una persona puede influir en el rendimiento de otra. Cuando realmente creemos que algo tiene que ser de una manera determinada, actuamos consciente e incluso inconscientemente de tal forma que al final las cosas acaban sucediendo como provocamos que sean... y ésto sería la profecía autocumplida. Se ha investigado mucho pero el experimento más conocido es el que he contado arriba y que hicieron dos psicólogos llamados Rosenthal y Jacobson en los años sesenta. 

El "efecto Pigmalión" puede aplicarse sobre uno mismo o sobre aquellos sobre los que tengamos cierta influencia, por ejemplo nuestros hijos, nuestros alumnos, nuestra pareja, o simplemente alguien que nos tenga como modelo a seguir. Cuanta más influencia tengamos, mayor efecto tendrá este fenómeno. Así que deberíamos tener como norma en nuestras vidas aplicar cada día, de alguna forma, el "efecto Pigmalión", bien sobre otras personas o sobre nosotros mismos.

En mi vida hay algunos ejemplos en los que consciente o inconscientemente he aplicado este efecto en otras personas. Recuerdo un compañero de clase más bien notable, lo recuerdo perfectamente aunque estábamos en 4º de EGB... era inteligente, trabajador, y tenía mucha capacidad de aprendizaje... pero ese año (y al siguiente, por desgracia para él) se encontró con un profesor que lo trataba como si fuese muy torpe e incapaz, así que... ¿qué pasó?... Lo que se esperaba, que este compañero empezó a actuar tal como el profesor pensaba de él, empezó a no saber hacer las tareas, a suspender los exámenes, a ser castigado por sus padres...hasta que repitió el curso. Sin embargo, al año siguiente tuvo la suerte de encontrar otro profesor que sí que le transmitió confianza en él. A partir de ese momento volvió a considerarse capaz, y volvió a aprobar, a hacer los deberes, a salir a la pizarra... De ésto podemos sacar que el "efecto Pigmalión" puede ser positivo o negativo.

Pero... ¿cómo podemos aplicar este "efecto" en nuestro vida?:

1.- Imagínate frente a alguien a quien aprecies, admires o tengas como ejemplo a seguir. ¿Qué te gustaría que te dijera esta persona para animarte a alcanzar tus objetivos? Pon por escrito esas frases de ánimo y todas esas cosas que tendría que decir sobre tu persona. Léelas todas las veces que te sea necesario. Te aseguro, por propia experiencia, que el efecto es sorprendente.

2.- Busca una persona en quien tengas cierta influencia (o no), y que necesite un empujoncito para motivarse a lograr algo o simplemente para sentirse mejor consigo misma, y dáselo tú con palabras de ánimo como las que te gustaría que te dijeran a ti.

3.- Es muy importante que cada vez que tú u otras personas dan un paso hacia la meta deseada, haya un feedback positivo, es decir, palabras de reconocimiento, y si van acompañadas de una recompensa tangible de vez en cuando, mejor. Pero cuidado que la recompensa material NUNCA debe sustituir a las palabras de felicitación. Y no olvidemos que uno mismo también debe decirse cosas positivas: "Soy un crack, lo estoy logrando", "Cuando me lo propongo puedo ser muy trabajador/simpático/agradable"...

4.- Busca momentos del pasado en los que tú o la persona a la que quieres ayudar, obtuvo resultados positivos o logró un objetivo. Recuérdate o hazle recordar cómo lo consiguió y qué le motivó, qué pensó, qué recursos utilizó...

5.- Cuidado con la conducta no verbal. Ésta puede ejercer una poderosa influencia sobre ti y sobre los demás. Una sonrisa, un toque en el hombro, una caricia, una mirada de frente mientras le decimos a alguien lo que confiamos en él o ella... todo ésto reforzará el efecto ya que es la conducta no verbal la que hace creíbles o no creíbles las palabras.

En resumen, pon un "efecto pigmalión" en tu vida y verás cómo AVANZAS y EVOLUCIONAS.

 "Todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su capacidad de trepar árboles, 
vivirá toda su vida pensando que es un inútil".
                                                                  (Albert Einstein)

AVANZA-EVOLUCIONA

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